domingo, 13 de enero de 2013

Dialogando (3)

Probando diálogos... "pudo ser ayer".
1.
-Supongo que querer asegurar la respuesta aunque ya la conozca es de idiotas, ¿no?
-Depende.
-¿Cómo qué depende?
-Pues eso, depende.
-Ya vale, a ver dime donde entra tu palabra favorita aquí.
-Muy fácil, si quieres asegurar la respuesta es porque en realidad no la conoces, o porque aunque sea infinitesimalmente tienes alguna esperanza de estar equivocado. Eso último es lo que probablemente sea de idiotas.
-Muchas gracias, amigo.
-Tú fuiste el que preguntó.
-Ya, pero esperaba que me dieras otra contestación, no sé, algo que me animara.
-Tenías la esperanza de que te animara y sabías que te diría lo que pienso, idiota.
-No sé ni para qué pregunto.
-Ya te lo he explicado y no voy a volver a hacerlo.
-Está bien, está bien, tú ganas.

2.
-¿No tienes la sensación de qué todo se repite?
-¿Cómo en un círcul vicioso?
-Sí, algo así, pero más como una espiral.
-Supongo que a veces sí.
-¿Y qué haces?
-Normalmente pego un grito y luego increpo un poco a Dios.
-¿Y te funciona?
-Si no estoy sólo en casa sí, si no me toca levantarme.
-¿Pero de qué me hablas?
-De lo que me has preguntado, de que todo se repite.
-¿Y qué tiene que ver que estés sólo en casa o no?
-Pues que me podrán traer el papel o no.
-Muy trancesdental, ¡sí señor!
-¡Eh! En el "trono" suelen llegar las mejores ideas.
-Prefiero no saber de tus ideas ahí, gracias.
-Tú te lo pierdes.

3.
-¿Tú crees que alguna vez dejará de pasarme esto?
-No lo sé, creía que esta vez sí.
-Ya, igual que la anterior, y la anterior. Y así sucesivamente.
-Bueno, ya vendrán tiempos mejores.
-Siempre dices eso y siempre termina igual.
-No exageres.
-Llevas razón, debería decir que ni empieza igual.
-Menos mal que sé de que va la cosa, porque si no pensaría que hablas raro.
-Pues oye, lo mismo ese es mi problema, que hablo raro.
-Yo te entiendo perfectamente.
-En tu caso son los años de experiencia.
-Será. Me alegra que hayas sonreído.
-Mover los labios hacia los lados es fácil y lo de dentro no se ve. Aunque para algunas cosas debo de ser transparente.
-Sí, como un cristal recién limpiado. ¿Cuándo vas a dejar de decir tonterías?
-Cuándo esto decida empezar.

4.
-Sabes, hoy he tenido como un "déjà vu".
-¿No me digas?
-¿Y lo más gracioso sabes qué ha sido?
-Ni idea.
-Que sabía que lo iba a tener.
-Claro, ¡ahora eres vidente!
-Pues hijo, para algunas cosas debo serlo, porque esto lo había visto venir desde el principio.
-¿Entonces porqué me estás dando la brasa?
-Supongo que porque, como siempre, dejo que la esperanza me invada.
-Pues no lo hagas más, ¿vale?
-La próxima vez que te encuentres uno de estos "deyavús" cambiate de acera.
-Eso es lo que me digo siempre después, pero luego nunca lo hago.
-Pues la próxima acuérdate. Por tus amigos, te lo agradeceremos.
-Ya lo supongo Si no querías hablar de esto haberlo dicho, eres el único al que le cuento estas cosas.
-¡Qué afortunado!
-No te preocupes que esta es la última.
-Eso espero.

5.
-Siempre lo sé, que será así. Ansío el subidón que me da. Me hace viajar a otros mundos donde yo no soy yo, donde mi destino no está marcado y predefinido, donde lo que quiero está a mi alcance. Es como si la vida fuera mejor de lo que es. Siempre me siento así después, durante un tiempo; pero luego viene lo malo y tras ello, lo peor. La sensación de vértigo, la caída y el impacto contra el suelo. Tan fuerte que casi no me puedo levantar. Después de eso me digo cien veces no, mil, que no la volveré a tomar. Que no dejaré que se acerque a mi, pero siempre fracaso. Acabo cayendo porque soy débil.


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