Pruebas dialogadas...
1.
[...]
-¡Qué sí!
-Tío, no te pongas así.
-Claro que sí, ¡es siempre la misma mierda!
-No hombre.
-¿No? Cómo no va a serlo si siempre acaba igual.
-Pero ha sido distinto esta vez.
-¿Distinto? ¿Por qué? Porque empezó de otra manera.
-¡Claro!
-¿Y qué más da como empezara? Si terminó de la mismitica manera. Lo que te diga yo, ¡la misma mierda! Pero sabes qué te digo, que no me vuelve a pasar nunca jamás, ¡nunca jamás!
-Bueno, lo que tu digas.
-Claro que sí, lo que yo diga.
[...]
2.
[...]
-No deberías rendirte.
-¿Tú qué sabrás?
-Nada, salvo que tirar la toalla es de estúpidos.
-Pues también es de estúpidos levantar la cabeza cuando sabes que van a darte otro puñetazo, ¿sabes?
-Eso no puedes saberlo.
-Sí, sí que lo sé.
-¿Cómo?
-Por la experiencia, hijo, por la experiencia.
-Claro, como que estás recibiendo golpes todos los días, ¿no?
-Venga, listo, dime cuando no me han dado y bien... ¿Ves? Ni una sola vez tienes en tu cabeza.
[...]
3.
[...]
-Tengo que confesarte algo.
-¿El qué?
-Algo, pero es que no sé si hacerlo.
-¿Cómo que no lo sabes?
-Eso, que no lo sé. Es una pregunta.
-Pues venga, pregunta.
-¡Qué no sé!
-Ya está bien, ¿qué?
-Que no, que me da miedo.
-¿Miedo?
-Claro, porque seguro que no la quieres contestar.
-¿Cómo no voy a querer contestarla?
-Qué si quieres salir conmigo... Ves, no ibas a contestarla, nada, me daba miedo saber tu respuesta, ¿ves? En fin, lo siento, no tendría que haberla hecho.
[...]
4.
[...]
Fue bonito, bonito mientras duró, claro, aunque no es que durase demasiado tiempo. Y bueno, el tiempo que lo hizo en realidad fue una ilusión, ¿verdad? Sí, claro que lo fue y las ilusiones siempre son bonitas, al menos hasta que alguien llega y le pega una patada, arrojándola lejos, y se borran. Pero es que tampoco se puede vivir siempre en una ilusión, claro, sería demasiado dulce, aunque esta vez me habría gustado que durara un poco más. Sólo un poco más. Lo que no sé es "pa qué" si al final llegaríamos al mismo sitio, ¿verdad? Bueno, supongo que algún día será diferente, así que no debería preocuparme. Entonces, ¿por qué mierda lo hago? ¿Por qué mierda no lo olvido? Supongo que porque la mierda cuesta más olvidarla que las ilusiones, claro, es como más real.
[...]
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