Astro-1

-¡Chatarra! ¡Eso es lo que es! ¡Chatarra vieja y cansada!
Vociferó Jean Paul con aquel acento cerrado de Newblue que le hacía tan difícil de entender.
-Es un Crow.
-¿Un Crow?-Sus cejas se levantaron por encima de las gafas analíticas sobre sus ojos.- ¡Claro! Pero cúando entenderéis los navegantes que cualquier motor estelar con más de un año no es más que una chatarra.
-Venga Jean, seguro que lo puedes arreglar, eres el mejor, por eso he venido a ti.
-Siempre lo mismo, "Jean, haz magia"-intentó imitar la voz del otro.-Haré magia, pero será caro, y lento.-Añadió, anticipándose.
-Esperemos que sólo sea caro, no podemos quedarnos demasiado tiempo por aquí.
Ahora Jean sí detuvo sus movimientos, quedándose estático, y clavó los ojos en su cliente.
-¿Problemas con la Confederación, Ed?-Desvió la mirada escrutadora y carraspeó, pero sin contestar.-Entonces con los Éragos.-Más silencio.- ¿Tampoco?-Se levantó las gafas y cruzó los brazos.- No será con los elodianos, ¿verdad?
Ed sonrió nervioso.
-No exactamente.
-Explicame ese "no exactamente".
Metió el dedo en el cuello de la chaqueta y tiró un poco para dejar que el calor saliera, le picaba y sentía la garganta seca al mismo tiempo que unas gotas de sudor bajándole por la frente.
-Digamos que, digamos que tengo asuntos que tratar con los tres.
-¡Con los tres! ¿Y has traído tu maldita nave aquí? ¿Qué pretendes, Ed?
-¿Salir de aquí? ¿De una pieza?
-Algún día vas a acabar conmigo. Un día, un día y te marchas.
-Si está arreglado...
-Lo estará, pero será increíblemente caro.
-¿Cuánto de increíblemente?
-No estás en posición de regatear, Ed.
-Te estás aprovechando.
-¡Oh, no! No he empezado aún a aprovecharme.