No fue ni aquí, ni ahora. Fue hace tanto tiempo, que bien podría ser ayer, hace diez años o, incluso, mañana o más tarde. Nació para morir, y después, para vivir. Simplemente se colocó ahí, a la espera de que algún incauto se preguntara que era e intentara alcanzarla, acercarse para mirarla, para conocerla, para averiguar más sobre ella; para conocer.
Y ocurrió, que llegó, un día, por la mañana o por la tarde, una mano se acercó y la tocó. Era suave al tacto, y áspera. También fría, y cálida. Los ojos se abrieron como una espiral que gira sobre si misma, curiosos; y vieron la forma que tenía la imagen impactaba más allá del iris iluminado. Se escuchó una pregunta tras la mirada y una respuesta que contaba qué era esa cosa. Y así nació, para morir, para vivir: La Idea, la primera, y la última, de todas.
Y con este primer texto quiero daros la bienvenida a este blog, que ha permanecido mucho tiempo como un lienzo en blanco, enfermo de silencio.
Sed bienvenidos.
Era inevitable.
ResponderEliminarAhora el mundo vuelve a estar en equilibrio : )
Si, ¿no? jejejeje... Me ha vuelto a dar la vena. El taller literario me activa la cabeza, la verdad. Aunque el blog lleva meses abierto y en blanco, a la espera de esa chispa que lo devolviera a la vida.
EliminarMe alegra tenerte de nuevo por aquí.