lunes, 5 de diciembre de 2016
3 Palabras (5)
Cerró los ojos y aspiró profundamente. Separó cada sonido en la bodega de carga, todos y cada uno de los olores. Percibió, antes de que se oyera la voz de los marinos anunciarlo, que se acercaban a tierra. En ese momento sintió una profunda armonía. En cuanto se abrió la trampilla salió al exterior y dejó que la brisa marina le golpeara el rostro y llenara sus pulmones. El cielo se teñia de rojo en el amanecer y recortaba las montañas al Este, en la distancia pero cercanas al puerto donde el navío se adentraba. El pulso se le aceleró mientras tomaba consciencia de que estaba más cerca de su verdadero destino: La Ciudad entre las Montañas, o la Ciudad de los Siete Sabios. Allí, entre ellos, empezaría de nuevo su aprendizaje.
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