miércoles, 8 de mayo de 2013

Desierto

Ahí, tras tus ojos, es evidente que no queda nada para mi. Sólo la incertidumbre tachonada sobre el alma, porque no vi fue la tormenta de arena que se llevó el oasis dejando más desierto. Supongo que todo fue producto de un espejismo burlón y cruel, de demasiado sol, o el efecto de la sed más seca y delirante. Los pies arrastran dejando un surco borrado por el viento que anuncia la llegada del olvido, algún día.



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