miércoles, 29 de mayo de 2013
Caballero Olvidado
<<El caballero Hikens era alguien para quien la época de glorias estaba más que pasada. No era más que un pobre hombre ya olvidado. El paso del tiempo se había encargado de borrar sus azañas y ya apenas nadie las recordaba. Su cuerpo, menguado por la edad, quedaba ridículo en el interior de su antaño ferrea y brillante armadura, ahora nada más que unos trozos de metal deslustrado. Y qué decir de su espada, la antaño temida "doblefilo", estaba irreconocible. La hoja mostraba numerosas mellas y estaba falta de filo. Y lo peor era su empuñadura: antes dorada, ahora se veía marrón, y donde en un pasado brillaran granates, rubís y esmeraldas, sólo quedaban huecos, como los de la mandíbula de un anciano desdentado. Sin duda las penurias y la falta económica habían ido pasando factura a la pobre espada del caballero Hikens. Y es por eso que supongo, que nadie se molestó en saquear su cuerpo cuando lo encontraron muerto a los pies de un árbol del bosque Siniestro. Y fue una suerte que nadie lo hiciera porque habría pagado con su vida. Pero eso ya es otra historia y si deseáis conocerla os costará otra moneda.>>
martes, 28 de mayo de 2013
¿Aquí?
¿Aquí?
-Sabía que estarías aquí.
-¿Si?
-Claro, siempre vienes aquí.
-¿Siempre? ¿Cómo es posible? No reconozco el lugar, para mi, es la primera vez que estoy en él.
-Esta vez es la primera.
-¿Esta vez?
-Sí, al final de todo.
-Entonces, ¿cómo podías saberlo?
-Porque sólo existes aquí.
-¿En tu cabeza?
-Así es.
-Estás loco.
-No, si no como iba a saber que estabas aquí.
-Tienes razón, ¿cómo podrías saberlo si no sabía ni yo que vendría?
-Exacto y ahora, es tiempo de morir.
-Sí, eso presentía ¿Volveremos a vernos?
-Claro, la próxima vez que vengas aquí por primera vez.
-Es extraño.
-Sí lo es. Y ya no estás aquí, hasta la próxima vez que tenga que venir a por ti... De mi antiguo y extinto blog, ciclosyespirales.
-Sabía que estarías aquí.
-¿Si?
-Claro, siempre vienes aquí.
-¿Siempre? ¿Cómo es posible? No reconozco el lugar, para mi, es la primera vez que estoy en él.
-Esta vez es la primera.
-¿Esta vez?
-Sí, al final de todo.
-Entonces, ¿cómo podías saberlo?
-Porque sólo existes aquí.
-¿En tu cabeza?
-Así es.
-Estás loco.
-No, si no como iba a saber que estabas aquí.
-Tienes razón, ¿cómo podrías saberlo si no sabía ni yo que vendría?
-Exacto y ahora, es tiempo de morir.
-Sí, eso presentía ¿Volveremos a vernos?
-Claro, la próxima vez que vengas aquí por primera vez.
-Es extraño.
-Sí lo es. Y ya no estás aquí, hasta la próxima vez que tenga que venir a por ti... De mi antiguo y extinto blog, ciclosyespirales.
DeHistorias (1)
[...]
En un día como hoy, no puedo evitar preguntarme si nuestras voces volverán a intercambiar palabras; porque ahora sólo alcanzo a escuchar silencios. Tengo que reconocer que me sorprendiste con enormidad, tres veces. La mayor de ellas, la última, que fue como si se sumaran las dos primeras y luego se multiplicaran por menos diez; más de lo necesario para engullir en el vacío las anteriores y lanzarlas a un recuerdo muerto de olvido. En realidad, si lo pienso, no logro entender y lo único que consigo es embriagarme de pena, de un manto pesado que me impide llegar allí.
En la noche me asalta la hiriente cuestión de cuanto erré al entender, y me pregunto si, pronunciar más palabras enderezarán este rumbo errado que sólo lleva a un lugar repleto de borradas memorias muertas.
[...]
En un día como hoy, no puedo evitar preguntarme si nuestras voces volverán a intercambiar palabras; porque ahora sólo alcanzo a escuchar silencios. Tengo que reconocer que me sorprendiste con enormidad, tres veces. La mayor de ellas, la última, que fue como si se sumaran las dos primeras y luego se multiplicaran por menos diez; más de lo necesario para engullir en el vacío las anteriores y lanzarlas a un recuerdo muerto de olvido. En realidad, si lo pienso, no logro entender y lo único que consigo es embriagarme de pena, de un manto pesado que me impide llegar allí.
En la noche me asalta la hiriente cuestión de cuanto erré al entender, y me pregunto si, pronunciar más palabras enderezarán este rumbo errado que sólo lleva a un lugar repleto de borradas memorias muertas.
[...]
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miércoles, 22 de mayo de 2013
Raro... (1)
<<Reconozco que la primera vez que conocí a Gabriel, no le gustaban nada en absoluto Gabri o Gabi, me resultó un tipo raro. Ahora, después de tantos años, no usaría para nada ese calificativo. Si tuviera que escoger una palabra para definirlo sería peculiar. Sin lugar a dudas. Creo que empezaría diciendo: "Era un tipo peculiar".
Recuerdo que después de hablar un poco con él lo que pensé fue que estaba mal de la cabeza y que, o bien era un misógino empedernido, o un gay misógino, pero nada más lejos de la verdad. Digamos que me encontré ante una de esas veces en las que las apariencias engañan de verdad, porque tras todos estos años de vida precísamente las apariencias suelen ser bastante sinceras. Gabriel resultó ser una persona en extremo sensible, bastante atormentada, con unas ideas que la mayoría llamaríamos extrañas; y con la cabeza demasiado bien amueblada, aunque al principio pudiera parecer que no. A mi me llevó años darme cuenta.
En mi memoria permanece grabada a fuego la escena de la primera vez que lo conocí. Era un viernes por la noche, a las doce en punto. Estoy tan seguro de la hora porque habíamos quedado a las once y media y acababa de mirar el reloj al entrar para saber cuanto llevaba de retraso. Mis amigos bebían ya su segunda cerveza apoyados en la barra, con bastante espacio aún a su alrededor ya que el pub, o discoteca, nunca he tenido demasiado claro como llamar a esos sitios, no empezaría a llenarse hasta la una. Rodri y Fernando charlaban animadamente mientras Migue se mantenía al acecho, mirando con interés un grupo de chicas. Y junto a él un tipo que no conocía de nada. En seguida conecté la frase de Migue "Se vendrá un compañero del trabajo". Llegué hasta ellos y empecé a saludar mientras dejaba la chaqueta en un rincón y el paraguas empapado en el suelo. Migue me presentó al extraño como Gabriel y se aseguró de que entendía perfectamente que no le gustaban ninguno de los posibles diminutivos.>>
Continuará...
Recuerdo que después de hablar un poco con él lo que pensé fue que estaba mal de la cabeza y que, o bien era un misógino empedernido, o un gay misógino, pero nada más lejos de la verdad. Digamos que me encontré ante una de esas veces en las que las apariencias engañan de verdad, porque tras todos estos años de vida precísamente las apariencias suelen ser bastante sinceras. Gabriel resultó ser una persona en extremo sensible, bastante atormentada, con unas ideas que la mayoría llamaríamos extrañas; y con la cabeza demasiado bien amueblada, aunque al principio pudiera parecer que no. A mi me llevó años darme cuenta.
En mi memoria permanece grabada a fuego la escena de la primera vez que lo conocí. Era un viernes por la noche, a las doce en punto. Estoy tan seguro de la hora porque habíamos quedado a las once y media y acababa de mirar el reloj al entrar para saber cuanto llevaba de retraso. Mis amigos bebían ya su segunda cerveza apoyados en la barra, con bastante espacio aún a su alrededor ya que el pub, o discoteca, nunca he tenido demasiado claro como llamar a esos sitios, no empezaría a llenarse hasta la una. Rodri y Fernando charlaban animadamente mientras Migue se mantenía al acecho, mirando con interés un grupo de chicas. Y junto a él un tipo que no conocía de nada. En seguida conecté la frase de Migue "Se vendrá un compañero del trabajo". Llegué hasta ellos y empecé a saludar mientras dejaba la chaqueta en un rincón y el paraguas empapado en el suelo. Migue me presentó al extraño como Gabriel y se aseguró de que entendía perfectamente que no le gustaban ninguno de los posibles diminutivos.>>
Continuará...
martes, 21 de mayo de 2013
Elemental
Que hubiera pasado tanto tiempo hasta descubrir el porqué le resultaba casi inconcebible y, en esos momentos, no sabía si sonreir y sacudirse de encima aquella pesada capa arrastrada durante décadas, o si sentía como una daga que se clavaba aún más profundamente en su corazón.
La voz de su antiguo maestro revelándole el secreto horas antes de morir aún retumbaba en su cabeza: "La afinidad de los elementales hacia un elemento no les proporciona una protección contra el mismo, ni les ayuda a controlarlo mejor. Al contrario. Les profiere una increíble desventaja ya que atraen a su elemento de forma irremediable. ¡Qué estúpidos hemos sido para tardar tanto tiempo en darnos cuenta!". Aún días después podía ver los labios del anciano moviéndose hasta que los labios se detuvieron y los párpados cayeron como el velo de la noche. <<Así que por eso se quemaba siempre con todo. Ese era su destino, abrasarse con el más nimio fuego. Al menos ahora lo entendía, pero ¿acaso es un consuelo?>> Los pensamientos habían cruzado rápido su mente y todavía se repetían a cada momento. Dudaba que fuera un consuelo, un alivio para todas las pesadas cargas que había tenido que soportas, un bálsamo que suavizara los tragos ardientes y amargos; lo dudaba tanto que estaba convencido de que no sería así.
Restregó los dedos contra las manos, masajeándolas. Había visto tantos fuegos nacer bruscamente y convertirse en increíbles hogueras para luego verlos reducirse a cenizas con más velocidad, que casi estaba convencido de tener que estar acostumbrado; pero no era así, no lo era en absoluto: las llamas seguían quemándole como la primera vez. Una lágrima recorrió su rostro, primero por la mejilla, despacio, ganando velocidad y luego por el surco de la barbilla hasta el mentón; justo antes de precipitarse al vacío. Odiaba los fuegos, los odiaba con toda la fuerza de su ser y los odiaba con su alma completa. Tras ellos sólo quedaban cenizas y de ellas nada podía recuperarse. Miró atrás aunque sabía que no debía hacerlo porque allí no quedaba más que un polvo fino y gris, de tacto grasiento, y sabor ácido y amargo. Lo más parecido que podía verse en la tierra a la nada verdadera, al vacío de las estrellas, al vacío helado de la muerte.
La voz de su antiguo maestro revelándole el secreto horas antes de morir aún retumbaba en su cabeza: "La afinidad de los elementales hacia un elemento no les proporciona una protección contra el mismo, ni les ayuda a controlarlo mejor. Al contrario. Les profiere una increíble desventaja ya que atraen a su elemento de forma irremediable. ¡Qué estúpidos hemos sido para tardar tanto tiempo en darnos cuenta!". Aún días después podía ver los labios del anciano moviéndose hasta que los labios se detuvieron y los párpados cayeron como el velo de la noche. <<Así que por eso se quemaba siempre con todo. Ese era su destino, abrasarse con el más nimio fuego. Al menos ahora lo entendía, pero ¿acaso es un consuelo?>> Los pensamientos habían cruzado rápido su mente y todavía se repetían a cada momento. Dudaba que fuera un consuelo, un alivio para todas las pesadas cargas que había tenido que soportas, un bálsamo que suavizara los tragos ardientes y amargos; lo dudaba tanto que estaba convencido de que no sería así.
Restregó los dedos contra las manos, masajeándolas. Había visto tantos fuegos nacer bruscamente y convertirse en increíbles hogueras para luego verlos reducirse a cenizas con más velocidad, que casi estaba convencido de tener que estar acostumbrado; pero no era así, no lo era en absoluto: las llamas seguían quemándole como la primera vez. Una lágrima recorrió su rostro, primero por la mejilla, despacio, ganando velocidad y luego por el surco de la barbilla hasta el mentón; justo antes de precipitarse al vacío. Odiaba los fuegos, los odiaba con toda la fuerza de su ser y los odiaba con su alma completa. Tras ellos sólo quedaban cenizas y de ellas nada podía recuperarse. Miró atrás aunque sabía que no debía hacerlo porque allí no quedaba más que un polvo fino y gris, de tacto grasiento, y sabor ácido y amargo. Lo más parecido que podía verse en la tierra a la nada verdadera, al vacío de las estrellas, al vacío helado de la muerte.
miércoles, 15 de mayo de 2013
Marea...
Y te das cuenta de como los barcos, perdidos en la inmensa marea de la tormenta del tiempo, se van perdiendo uno a uno entre las olas; empujados hacia destinos distintos y lejanos. Tal vez, te permites pensar, nuestros rumbos vuelvan a coincidir algún día cuando la mar se presente más llana y calma, tal vez vengan en mi busca; pero en realidad sabes que esos "tal vez" no son más que una esperanza vana que se aferra a un pasado que no volverá. Puedes perder el nuevo orizonte al frente, mirando hacia atrás para ver como las velas desaparecen más allá del borde esférico del oceano; o apretar los dientes, derramar lágrimas o contenerlas, y mirar hacia delante mientras el aullido del viento va difuminando el pasado poco a poco.
lunes, 13 de mayo de 2013
La Imagen en el Sueño...
"Un fondo desenfocado deja entrever una pared posiblemente de color verde, una ventana de moldura de aluminio, puede que de acero, plateada. La luz que se filtra es tenue, blanquecina, tal vez fuera se dibuje un día nublado y oscuro. Una lámpara proyecta su foco desde alguna parte en la pared opuesta a la que estoy viendo.
Nítida se dibuja una figura de espaldas, levemente ladeada hacia la derecha, sentada al borde de una cama de sábanas de seda y un suave color morado, casi blanco. La cabeza ladeada hacia la derecha, con la mirada hacia abajo, perdida en un infinito lejano, el brazo derecho estirado y la mano apoyada y perdida entre la tela. El cabello largo se pierde entre el cuello y el hombro derecho, dejando la espalda completamente libre y desnuda. La sábana, arrugada y que se adivina recogida con la mano izquierda sobre el regazo, oculta el tramo final de la espalda...
Y toda la imagen tiene un tono apagado que hace imaginar los colores en un blanco y negro inexistente de colores nítidos."
miércoles, 8 de mayo de 2013
Desierto
Ahí, tras tus ojos, es evidente que no queda nada para mi. Sólo la incertidumbre tachonada sobre el alma, porque no vi fue la tormenta de arena que se llevó el oasis dejando más desierto. Supongo que todo fue producto de un espejismo burlón y cruel, de demasiado sol, o el efecto de la sed más seca y delirante. Los pies arrastran dejando un surco borrado por el viento que anuncia la llegada del olvido, algún día.
lunes, 6 de mayo de 2013
El Retorno del príncipe...
[...]
-¿Qué hacéis asomado a la ventana? Podéis caeros.
-¡Ha vuelto! Relón, mi hermano ha vuelto.
-¡Quieto, no déis un paso más!
-¿Qué sucede? ¿Por qué estáis tan serio?
-Por favor, joven príncipe, sentáos un momento y escuchad con atención.
-Pero mi hermano...
-Serán sólo unos segundos y aún quedan varios kilómetros para que atraviese los muros. Y desde luego, vuestro padre no os dejará salir en su busca.
-Está bien.
-Lo que os voy a decir puede que no lo entendáis ahora mismo, pero es importante que lo intentéis al menos. Hay veces que las personas se marchan para no volver, pero jamás se llegan a ir, en cambio, otras veces ocurre lo contrario, que se van, pero no es hasta su regreso que se marchan.
-¿Qué queréis decir con tantas palabras?
-Una lección que a mi me costó demasiado aprender.
[...]
Dedicated to...
domingo, 5 de mayo de 2013
El verdadero primer vuelo...
[...]
-"¡Christina! ¡Lo lograste!" Vociferé para que me oyera mientras la veía alejarse. Ella giró un poco la cabeza y logré atisbar lo suficiente de su cara, iluminada por el rojo del atardecer, para ver como me miraba sonriendo mientras movía loslabios y decía "adiós". Y esa fue la última vez que la vi.
-¿Está usted seguro?
-Completamente, y su duda en mi palabra me ofende enormemente.
-Lo lamento señor Wells, pero debo preguntar para estar seguro, y entenderá que la historia que nos cuenta es difícil de creer. Casi parece un tipo de cuento fantástico.
-Tengo que admitirlo, nada de todo esto parece real. Por ese motivo sólo admití hablar con usted, jefe inspector Lestrade. Dada su relación con lo extraordinario pensé que era el único que podría creerme.
-Le creo, pero he de atenerme a los hechos y, por el momento, estos suenan demasiado inverosímiles.
-Se lo repetiré una vez más, mi hermana siempre tuvo ese soplo de genialidad que, desafortunadamente, por ser mujer, nunca le dejaron explotar; pero ella perseveró para perseguir su sueño. Sólo yo estaba al tanto de su proyecto, sólo que jamás creí que llegara tan lejos.
-Entonces, ¿mantiene qué su hermana desapareció en alguna clase de aparato volador con alas?
-Por supuesto, es exactamente lo que pasó, y querría que lo llamara por su nombre, aeroplano.
-Así que, su hermana construyó un "aeroplano" y se fue volando con él. Creo que esto le habría encantado.
-¿A quién?
-Sherlock Holmes, es una lástima que desapareciera.
-Todos los grandes lo hacen algún día, pero creo que ese tal Sir Arthur Conan Doyle se está encargando de que ninguno lleguemos a olvidarnos de él.
-Desde luego, desde luego, me ha visitado en más de una ocasión.
-Lo dice como si fuera algo malo.
-No sabe lo irritante que llega a ser con sus preguntas.
-No lo crea, puedo hacerme una idea.
-Insinúa usted que...
-Por favor jefe inspector, no ponga esa cara, sólo bromeaba.
-Dejémoslo y continuemos con los hechos. Su hermana desapareció este mismo catorce de Julio, a media noche.
-Aproximadamente.
-En una máquina voladora, un aeroplano.
-Es correcto.
-¿Y quién podría tener interés en dañar a su hermana según usted, señor Wells?
-No diría que nadie quisiera dañarla, pero si tuviera que apostar por alguien pensaría en los americanos.
-¿Los americanos? ¿Se refiere a esos fabricantes de bicicletas?
-Efectivamente.
-Diría que estoy tan loco como usted sólo por escucharle. ¿Cómo se llamaban estos americanos?
-Hermanos Wright.
-¿Y por qué iban a tener algún interés en su hermana?
-Porque jefe inspector, el día antes de que probara su aparato y desapareciera estuvo reunida con ellos. Desde el alba hasta el anochecer.
[...]
Espero que os guste, he aunado realidad y ficción mezclando personajes que, en la realidad, difícilmente podrían haber coincidido; pero he preferido forzar los límites del tiempo para crear esta pequeña y corta invención en un homenaje a todos ellos; cada uno por un motivo.
-"¡Christina! ¡Lo lograste!" Vociferé para que me oyera mientras la veía alejarse. Ella giró un poco la cabeza y logré atisbar lo suficiente de su cara, iluminada por el rojo del atardecer, para ver como me miraba sonriendo mientras movía loslabios y decía "adiós". Y esa fue la última vez que la vi.
-¿Está usted seguro?
-Completamente, y su duda en mi palabra me ofende enormemente.
-Lo lamento señor Wells, pero debo preguntar para estar seguro, y entenderá que la historia que nos cuenta es difícil de creer. Casi parece un tipo de cuento fantástico.
-Tengo que admitirlo, nada de todo esto parece real. Por ese motivo sólo admití hablar con usted, jefe inspector Lestrade. Dada su relación con lo extraordinario pensé que era el único que podría creerme.
-Le creo, pero he de atenerme a los hechos y, por el momento, estos suenan demasiado inverosímiles.
-Se lo repetiré una vez más, mi hermana siempre tuvo ese soplo de genialidad que, desafortunadamente, por ser mujer, nunca le dejaron explotar; pero ella perseveró para perseguir su sueño. Sólo yo estaba al tanto de su proyecto, sólo que jamás creí que llegara tan lejos.
-Entonces, ¿mantiene qué su hermana desapareció en alguna clase de aparato volador con alas?
-Por supuesto, es exactamente lo que pasó, y querría que lo llamara por su nombre, aeroplano.
-Así que, su hermana construyó un "aeroplano" y se fue volando con él. Creo que esto le habría encantado.
-¿A quién?
-Sherlock Holmes, es una lástima que desapareciera.
-Todos los grandes lo hacen algún día, pero creo que ese tal Sir Arthur Conan Doyle se está encargando de que ninguno lleguemos a olvidarnos de él.
-Desde luego, desde luego, me ha visitado en más de una ocasión.
-Lo dice como si fuera algo malo.
-No sabe lo irritante que llega a ser con sus preguntas.
-No lo crea, puedo hacerme una idea.
-Insinúa usted que...
-Por favor jefe inspector, no ponga esa cara, sólo bromeaba.
-Dejémoslo y continuemos con los hechos. Su hermana desapareció este mismo catorce de Julio, a media noche.
-Aproximadamente.
-En una máquina voladora, un aeroplano.
-Es correcto.
-¿Y quién podría tener interés en dañar a su hermana según usted, señor Wells?
-No diría que nadie quisiera dañarla, pero si tuviera que apostar por alguien pensaría en los americanos.
-¿Los americanos? ¿Se refiere a esos fabricantes de bicicletas?
-Efectivamente.
-Diría que estoy tan loco como usted sólo por escucharle. ¿Cómo se llamaban estos americanos?
-Hermanos Wright.
-¿Y por qué iban a tener algún interés en su hermana?
-Porque jefe inspector, el día antes de que probara su aparato y desapareciera estuvo reunida con ellos. Desde el alba hasta el anochecer.
[...]
Espero que os guste, he aunado realidad y ficción mezclando personajes que, en la realidad, difícilmente podrían haber coincidido; pero he preferido forzar los límites del tiempo para crear esta pequeña y corta invención en un homenaje a todos ellos; cada uno por un motivo.
Interrogatorio
<<Me pregunto si volverá. Es una pregunta que no puedo evitar hacerme de vez en cuando. Al menos, ahora lo hago con mucha menos frecuencia que antes. Sólo en los días que mi vista se cruza con el horizonte vacío y azul. No deja de ser curioso como esta vida nos va enseñando. A golpes.>>
Eso, agente, es lo último que me dijo, así que, o simplemente anda perdido y errante porque no quiere ser encontrado o, siendo más pesismistas, está al pie de algún barranco o en el fondo de un pantano con los bolsillos llenos de piedras.
Eso, agente, es lo último que me dijo, así que, o simplemente anda perdido y errante porque no quiere ser encontrado o, siendo más pesismistas, está al pie de algún barranco o en el fondo de un pantano con los bolsillos llenos de piedras.
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