sábado, 30 de marzo de 2013

La Espada Bailarina

Su nombre era Elias Terroso de Abaviejo, un joven de mirada clara sobre unos ojos miel, una barbilla adornada siempre con una perilla corta, pulcra y cuidad, unos pómulos marcados y anchos, y un cabello siempre más largo de lo permitido para un soldado. Y es que, aunque formaba parte del ejército de su majestad Enriqueto III, El brujo, en concreto de la escuadra de Zaranos, la ciudad portuaria por excelencia en todo el reino y dónde se congregaba el principal comercio con Terrasnovas; nadie que lo hubiera visto en batalla habría dicho que era un soldado. Cualquiera de los que compartía espada con él diría, sin dudarlo, que era un bailarín, un auténtico artista marcial. Ricairdo, el primer capitán al que sirvió en la escuadra Zaranos, lo describió en una carta de recomendación al propio rey, para que ingresara en su guardia personal, como una espada en movimiento, una espada danzante, una espada viva. La muerte del capitán durante el asedio de Cortealta provocó que el rey desconfiara de la carta, pero aún así valió para que se interesara por el joven, "que no luchaba, sino bailaba", lo que provocó que Elias Terroso de Abaviejo fuera conocido entre los hombres de Zaranos como "La Espada Bailarina", nombre que se extendería por todo el reino de Enriqueto III, y que llegaría incluso a las distantes y peligrosas costas de Terrasnovas.

(Audio)



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