-Te noto distraido, ¿te pasa algo? -preguntó el viejo Lerón a Julius, sentado en el alféizar de la ventana con los pies colgando hacia fuera y con la mirada perdida a lo lejos, en los pastos verdes y las montañas cubiertas de nubes grises.
-Esta mañana me he dado cuenta de que entiendo cada vez menos y al mismo tiempo, más.
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