jueves, 1 de junio de 2017
El día que nos volvimos extraños
Podría decir que el día que nos volvimos extraños fue un 7 de Diciembre, incluso podría concretar el año, si es que alguien quisiera saberlo, si es que, en verdad, importara; pero lo cierto es que todo ocurrió un día cualquiera, en un parque durante una visita, en un viaje, tres años antes de ese aciago día 7. Fue ahí, en ese mismo instante, que empezó un juego de humo y espejos que, al final, cuando se quebró, cortó profundo. Y después de eso, mientras curaba unas heridas que no sé si sanarán algún día, aprendí que para conocerse importa la decisión que todos tomen, pero para devenir en perfectos extraños basta con la de uno, basta con que uno se gire y no mire nunca más atrás.
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